19 de octubre: Hayedo de Tejera Negra

En otoño, no hay nada más bello que un hayedo, con sus colores amarillos, verdes, pardos y rojos. Los dos hayedos más meridionales de Europa los tenemos muy cerca de nosotros: Montejo y Tejera Negra (junto a Riaza). Así que vamos a hacer una buena excursión el próximo sábado 19 a la Sierra de Ayllón, para recorrer la Senda del Robledal, en el interior del Parque Natural del Hayedo de Tejera Negra.

La senda mide 17 km en total (9 de ida por la cara sur y 9 de vuelta por la norte). Es fácil aunque tiene un pequeño repecho para subir a La Torrecilla. En total, hay un desnivel acumulado de 322 metros. Es apta para chavales mayores de 12 años. La senda discurre por el interior del parque contando con un representativo y excepcional bosque de hayas; está muy bien señalizada con pequeños postes de madera cada poco espacio que no dan lugar a perder la orientación en ningún momento.

Como es un lugar distante (hay 150 km. hasta Cantalojas, a la entrada del parque), vamos a alquilar un autobús de 27 plazas. Saldremos de la Estación de Coslada Central (aparcamiento de Luis Braille) a las 8:15 de la mañana del sábado 19 de octubre. Es imprescindible la inscripción previa (en estos momentos, no quedan plazas libres).  Cada uno-a debe llevarse su comida, agua y, en previsión de alguna llovizna, ropa de abrigo y chubasqueros.
EL RECORRIDO:

Es una ruta de aproximación, andando, al hayedo en la que podemos disfrutar de amplias panorámicas, elementos de la arquitectura tradicional y atravesar los distintos ecosistemas que constituyen este enclave: pastizales, robledales, matorrales y pinares de repoblación, para llegar finalmente al hayedo. La vuelta se hace por pastizales junto al río. Es recomendable realizarla con botas de montaña o calzado adecuado para el agua.

La ruta comienza junto al Centro de Interpretación (a 2,5 kms de Cantalojas), donde nos dejará el autocar. En un principio, discurre paralela a la pista forestal de acceso al aparcamiento (durante 500m), hasta llegar a un vallado, que se atraviesa por el paso metálico de la pista (paso canadiense). Tras éste, giramos a la izquierda tomando una vereda que nos lleva al río Lillas. Descendemos y cruzamos el río por un puente de pizarra típico de la zona, junto al que suele estar pastando el ganado, y continuamos hasta otra taina próxima de construcción tradicional. Desde dicha taina, giramos a la derecha para ascender por una senda que discurre por la línea de cresta que separa los dos valles de los ríos Zarzas y Lillas. 

En este recorrido, atravesaremos zonas de roble melojo, matorrales de jara estepa y pastizales de alta montaña, como el de La Torrecilla, llamado así por la pequeña torre de señalización de piedras de pizarra realizada por los pastores. Las vistas panorámicas que contemplaremos son únicas en el Parque Natural de la Sierra Norte de Guadalajara, pudiendo contemplar los contrastes producidos por el color de las hayas (al fondo), los robles y demás vegetación. Desde La Torrecilla la senda se convierte en pista forestal, que seguiremos en la misma dirección. A esta pista se le une por la derecha otra que viene desde Cantalojas (por la cual llega una ruta señalizada para bicicletas). 

Continuaremos en la misma dirección que llevábamos, hacia la cabecera de los valles, por la línea de cumbres, hasta llegar al Collado del Hornillo, en el que se separan ambas rutas (a pie y en bicicleta). Giraremos entonces a la derecha, abandonando la pista forestal para adentrarnos en otra pista que se introduce en el bosque de pino silvestre y que nos lleva hacia la Senda de Carretas y hacia las hayas. Según avanzamos van apareciendo éstas, haciéndose cada vez más abundantes. Las distinguiremos muy bien además de por su hoja, por su corteza gris y lisa, dando el paisaje característico de los hayedos. Al llegar a otro cruce, la ruta enlaza con la Senda de Carretas. 

En este punto, podremos bajar hacia el aparcamiento (ruta principal señalizada, coincidente con la parte final de la Senda de Carretas), o bien continuar de frente para disfrutar algo más de las hayas, pudiendo hacer la Senda de Carretas en sentido contrario, hasta el aparcamiento (en este caso, la duración de la ruta será de una hora más de tiempo). Es importante que, en este punto, el grupo tome una decisión colectiva y razonable (cuánto tiempo nos queda, cómo está la meteorología y cómo está de cansada la gente.

Si hemos cogido la senda de Carretas, tendremos una bajada potente hasta el río. Si hemos seguido por el Robledal, será una bajada más suave y más corta hasta el aparcamiento. Si todo el grupo ha seguido por Carretas, se puede comer en el Mirador. Si no, comeremos junto al aparcamiento.

Desde el aparcamiento, el camino de vuelta a pie discurre, sin pérdida, por el pastizal junto al río Lillas, aguas abajo. En este tramo no existe un sendero definido. Se trata simplemente de seguir el río, que cruzaremos frecuentemente para buscar las zonas fácilmente transitables. En época de mayor caudal del río, se recomienda ir por su margen izquierdo en sentido de aguas abajo. Nos encontraremos en este tramo la Taina Grande todavía en uso. Cuando lleguemos al puente sobre el río de la pista procedente de Cantalojas, continuaremos por la propia pista de retorno al Centro de Interpretación finalizando así la ruta.





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